sábado, 1 de marzo de 2008

Cosas Curiosas que me Pasaron en el Viaje

Estos días pienso mucho en la semana pasada. Mentiría sino dijera que algunas veces lo hago con alivio por estar de vuelta. Sin embargo, he leído por ahí que el ser humano tiende a conservar en su memoria los recuerdos agradables de sus experiencias mientras que olvida con más facilidad aquellos desagradables. Es algo que me está ocurriendo. Hace un momento se me han venido a la cabeza algunos momentos más o menos divertidos, curiosos e inesperados que me ocurrieron en Freetown. Voy a listar todos los que recuerdo, aunque entiendo que algunos no os parecerán nada del otro mundo:

  • La primera persona que me dio la bienvenida a Sierra Leona fue un chico de mi edad, con pinta de mochilero que estaba en la zona de recogida equipajes. No sé muy bien por qué alguien le había dicho que era de España y se acercó a mí para decirme que le encantaba España y que su hermana estaba viviendo allí. Cuando le pregunté de dónde era él me dijo que... de Texas. Lo más raro es que no recuerdo que ese chico viniera en el avión y estoy prácticamente seguro de que el nuestro era el único avión que había en la pista de aterrizaje a las 23:30 de la noche en el aeropuerto...
  • En el ferry de camino a la ciudad un chico intentó abrirme el bolso donde llevaba toda la documentación y el único teléfono móvil con el que podía comunicarme con España. Me di cuenta a la segunda vez que intentó robarme y cuando me di la vuelta se hizo el sueco y ahí quedó la cosa.

  • El hotel en el que estábamos estaba catalogado como de primera categoría nacional. Comparándolo con estándares europeos tendría una calificación de 3 estrellas justito.

  • Por las noches la cafetería del hotel se convertía en un lugar donde...ejem conocer chicas de "compañía".

  • La única compañía que tuve durante el viaje, además de mi compañero de trabajo, fueron dos lagartijas con las que compartí la habitación. Salían por las noches y se quedaban en las paredes, como esperando a que apagara la luz para empezar a ir de un lado a otro. Afortunadamente no me desperté ningún día con alguna de ellas en la cara o entre las sábanas...

  • Cambiar dólares por moneda local es muy curioso. Cambié 50 dolares que se transformaron en 150.000 leones. Creo que no he tenido nunca tantos billetes juntos en la mano, claro que una botella de agua mineral costaba 5.000 leones, y una cena sencilla nos costaba entre 100.000 y 130.000 leones.
  • A todo el mundo que le pregunté si le gustaba el fútbol me decía que por supuesto. No sólo eso, todas las personas con las que hablé de fútbol eran del Barça, incluido nuestro chófer.



  • Los trajes de hombre estaban confeccionados con manga corta en vez de manga larga, era bastante chocante verlos con las corbatas perfectamente anudadas con el último botón de la camisa abrochado y la americana de manga corta.

  • Presenciamos una pelea por un sitio para aparcar, con puñetazos y gente alrededor arengando en vez de intentar separarlos.

  • Las furgonetas que hacen de servicios de taxi donde se meten 15 o 20 personas apiñadas para ir de un sitio a otro llevan mensajes religiosos como "God is Great", "Only Jesus Can Do It", "God Bless Ishlam" o "Fear Last Judgment Day" ("Teme el Día del Juicio Final").



  • Mucha gente llevaba camisetas de EEUU y muchos coches pegatinas con la bandera americana. No entendía muy bien esto hasta que vi el almacén del World Food Program en el que había montones de comida procedente de EEUU.

  • Los viajes los hacíamos en coche escuchando a Julio Iglesias (es lo que le gustaba a nuestro chófer), mientras que en el hotel acabé aprendiéndome las letras de las canciones de Celine Dion.

  • En las calles se vendía agua en bolsas de plástico, las típicas bolsas que llenabas de chucherías cuando eras pequeño. La gente las mordía un poco y por el agujero iban bebiendo. También vi que vendían helados de la misma manera.

  • Los viernes parece que la gente sale a la calle con sus mejores galas, las mujeres iban con vestidos súper coloridos, y a veces excesivamente maquilladas y arregladas para ser un viernes a las 9:00 (parecía que se iban a una boda).

  • En el aeropuerto de Freetown me requisaron un mechero porque según el personal de allí estaba prohibido subirlo al avión... A la ida ni en Barajas ni en Heathrow me pusieron pegas con el mechero.

  • El único sello que tengo en mi pasaporte es el de un pequeño país africano de la costa occidental llamado Sierra Leona.

NOTA: Gracias a El Ambiente en Medio por hacerse eco de este viaje en su blog.

2 comentarios:

Naturaleza y M. A. dijo...

Muy bueno tu reportaje en Sierra Leona,
un saludo

Medio Ambiente 2.0 dijo...

Gracias!

Espero que os haya resultado interesante.

Si tenéis alguna pregunta sobre el país, estaré encantado de intentar responderla...

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